sábado, 10 de noviembre de 2007

La utilización de las palabras "nombres" y "nombres" en las obras de Bahá u lláh puede parecernos extraña. El concepto místico que esto encierra es qu

La utilización de las palabras "nombres" y "nombres" en las obras de Bahá u lláh puede parecernos extraña. El concepto místico que esto encierra es que DIOS, Quien hizo existir el cosmos físico, creó la naturaleza. Bahá u lláh afirma:

La Naturaleza es en su esencia la personificación de Mi Nombre, el Hacedor, el Creador.

La Naturaleza es la Voluntad de DIOS y su expresión dentro y a través del mundo contingente (que puede suceder), del mundo circunstancial(que depende de ello).

Es una dispensación de la Providencia ordenada por el Ordenador, el Omnisapiente.

Está dotada de un poder cuya realidad los eruditos no comprenden.

En verdad, un hombre de discernimiento no puede percibir nada en ella que no sea el refulgente esplendor de Nuestro Nombre, el Creador.

El hombre, único ser natural que posee la inmortalidad y el don del habla, retiene los conceptos dándoles nombres, clarifica los sentimientos y pensamientos oscuros nominándolos. Hay nombres de DIOS, títulos de DIOS, nombres de Baháulláh, títulos de Baháullá que nos ayudad a aclarar nuestro pensamiento y a acercarnos a Ellos. Las cosas nombradas están en nuestro mundo físico pero DIOS mismo, se nos enseña, es "santificado por encima de todos los atributos y todos los nombres".

¡OH Tú en Cuyas manos se halla el reino de todos los nombres y en el puño de Cuyo poder se hallan todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra!

¡OH Tú que eres el Poseedor de todos los nombres y atributos, que sostienes en Tu puño el imperio de cuanto ha sido creado en el cielo y en la tierra!

Aquél por un movimiento de Cuyo dedo fueron originados todos los nombres y su reino, y fueron creados todos los atributos y su dominio.

¡OH Tú en Cuya mano se halla el imperio de todos los nombres!

El Señor de todos los nombres.

Tú en Cuya mano están el cielo de la omnipotencia y el reino de la creación.

Aquél Cuyo poder es inmenso, Cuya venganza es terrible.

Tú en Cuyo puño se hallan las riendas de las almas de todos los que Te han reconocido y en Cuya diestra están los destinos de todos los que están en el cielo y de todos los que están en la tierra.

Atestiguo que todo lo que no seas Tú es Sólo creación Tuya y se halla en la palma de Tu mano.(Baháullá).

La realidad. Conocer y amar a DIOS:
Si una persona esta desconectada de lo que es el propósito de cierta cosa, esta desconectada de la realidad de la misma. Por ejemplo; La persona que se relaciona con un frigorífico utilizándolo como armario para el calzado esta desconectada de la realidad de ese frigorífico, debido a que no entiende cual es su propósito. Que uno no comprenda cual es el propósito del frigorífico significa que uno es incapaz de hacer uso de su poder esencial: la refrigeración.

¿Que sucede, pues, si un ser humano esta desconectado de lo que es su propia realidad; porque no entiende cual es su propósito? Se convierte en un extraño para si mismo, un ser alineado que es una palabra que se ha hecho popular para referirse a cierto tipo de enfermedades mentales.

Alguien que esta alineado no sabe quien es ni a donde va. Si uno no sabe quien es ni donde va acabara por estar trastornado. Además la relación de uno mismo con otros seres humanos se vera perturbada, pues se vera impulsado a aferrarse a la gente que esta a su alrededor y a imponerse sobre ellos y será incapaz de asumir una responsabilidad, tanto para si mismo como para los demás.

Por ello, es absolutamente esencial para nosotros estar bien conectados con nuestra propia realidad.

¡Alabado sea DIOS!, las edades medievales de la oscuridad han pasado y este siglo de esplendor ha amanecido, este siglo en que la realidad de las cosas se esta haciendo evidente…

…Este es, claramente, el siglo de una nueva vida, el siglo de la revelación de la realidad y por lo tanto el mas importante de todos los siglos.

¡Oh amigos de DIOS! Esforzaos para que esta oscuridad pueda ser completamente disipada y el misterio oculto pueda ser revelado y las realidades de las cosas se hagan manifiestas y evidentes. (Abdu ´ l-Bahá).

La manera fundamental mediante la que nos ponemos en contacto con la realidad de las cosas es comprendiendo cual es su propósito; Nuestro propósito es conocer y amar a DIOS. Nuestra realidad es expresar ese conocimiento y amor, reflejando los atributos de DIOS, una capacidad que senos ha dado.

Habiendo creado el mundo y todo lo que en el vive y se mueve, Él, por intermedio de la acción directa de su ilimitada y soberana voluntad, escogió conferirle al hombre la distinción y capacidad única de conocerle y amarle, una capacidad que debe necesariamente ser considerada el impulso generador y el objetivo primordial que sostiene la creación entera… Sobre la más íntima realidad de cada cosa creada, Él ha derramado la luz de uno de sus nombres y la ha hecho un recipiente de la gloria de uno de sus atributos. Sobre la realidad del hombre, sin embargo, Él ha concentrado el esplendor de todos sus nombres y atributos y ha hecho a esta un espejo de su propio Ser. De todas las cosas creadas solo el hombre ha sido escogido para recibir tan gran favor y tan perdurable generosidad. (Bahá ´ u ´ lláh).

Bahá ´ u ´ lláh, muestra la interrelación que existe en toda la creación en el hecho de que cada cosa ha sido creada con la capacidad de reflejar uno de los atributos de DIOS y uno de sus nombres, y en el ápice de la creación se encuentra el hombre que ha sido dotado con la capacidad de reflejar todos sus atributos. Por lo tanto, el saber cuales son estos atributos y que es lo que hemos de hacer para desarrollarlos es una parte vital del proceso de comprender cual es el propósito de DIOS para el hombre.

Sin tal comprensión no podemos tener conciencia de tener un destino, ni poder para cambiar el mundo.

¡OH hijo del Ser!

A mame, para que YO te ame. Si tú no Me amas, Mi amor no puede de ningún modo alcanzarte.

Sábelo, OH siervo. (Baháulláh; Las palabras ocultas).

Lo que engrandece al hombre, más bien no es lo que hace o deja de hacer, si no más bien el reconocimiento de sus imperfecciones; sus limitaciones; su humildad; la actitud de sumisión a DIOS y hacia los demás seres. (Khalil Gilbran).

Atributos Divinos:
Bahá ´ u ´ lláh nos dice que conocer y amar a DIOS es el impulso generador y el objetivo primordial que sostiene a la creación entera; El nos asegura a todos que tenemos la capacidad de reflejar los atributos de DIOS y que esta Capacidad constituye lo que es nuestra realidad.

Conocer y adorar a DIOS: Conocer a DIOS quiere decir llegar a una comprensión y conocimiento de sus atributos, no de su esencia, ya que el misterio de la divinidad esta santificado y purificado de la comprensión de los seres…

El conocimiento de la realidad de la divinidad es imposible e inalcanzable, pero el conocimiento de las Manifestaciones de DIOS es el conocimiento de DIOS… ¡Benditos aquellos que reciben la luz de la munificencia divina procedente de los puntos del Amanecer del Conocimiento! (Baháulláh).

Las Manifestaciones de DIOS nos permiten conocer lo que son los atributos y nombres de DIOS. A través de la compresión de dichos nombres y atributos podemos aprender como cumplir nuestro propósito.

Reflejar los atributos de DIOS: ¿Que sucedería si, después de orar, nos dijéramos: Nuestro propósito y nuestra función es reflejar los nombres y atributos de DIOS. Todo aquello que pensemos, veamos o sintamos en el transcurso del día lo haremos teniendo esto presente ante nuestra conciencia? ¿No cambiaria esa resolución nuestra manera de sentir y de comportarnos?

Si aprendiéramos de memoria y meditáramos la afirmación de Abdu ´ l-Bahá de que la divinidad de DIOS, que es la suma de todas las perfecciones, se refleja en la realidad del hombre y la tuviéramos en mente durante todo el día , nos resultaría imposible estar malhumorados, ser irascibles, poco cooperativos o injustos.

Los nombres y atributos de DIOS; El hombre, único ser natural que posee la inmortalidad y el don del habla, retiene los conceptos dándoles nombres; clarifica los sentimientos y pensamientos oscuros nominándolos. Hay nombres de DIOS, títulos de DIOS, nombres y títulos de Bahá ´ u ´ lláh, que nos ayudan a aclarar nuestros pensamientos y acercarnos a Ellos. Las cosas nombradas están en nuestro mundo físico pero DIOS mismo, se nos enseña, es "Santificado por encima de todos los atributos y todos los nombres".(El Deseo del mundo-por Rúhiyyih Rabbani).

Títulos de DIOS : Algunos de una lista de unos ciento sesenta: El Todopoderoso. El que todo lo ve. El Omnisciente. El Que todo lo compele. El Que todo lo conquista. El Que todo lo penetra. El Poseedor de todo. El Señor de la creación. La Eterna verdad. El Todo glorioso. El Todo munífico. El Omnisapiente. El Informado de todo. El Autor de todas las Manifestaciones. El uno. El Único. El Soberano del universo. El Eterno. El Invisible. El Inaccesible. El Autosuficiente. El Más compasivo. El Amado. El Deseo del mundo. La Eterna verdad…

EL propósito del DIOS único y verdadero al manifestarse a si mismo es emplazar a toda la humanidad a la veracidad y sinceridad, a la piedad y confiabilidad, a la resignación y sumisión a la voluntad de DIOS. A la paciencia y amabilidad, a la rectitud y la sabiduría.(Bahá ´ u ´ lláh).

EL propósito de la vida: DIOS ha abierto las puertas de virtudes y talentos ideales ante la faz del hombre. Ha creado dentro de su ser los misterios del reino divino. Le ha otorgado el poder del intelecto para que mediante los atributos de la razón, cuando es fortalecido por El Espíritu Santo, el pueda penetrar y descubrir las realidades ideales…(Abdu ´ l-Bahá).

El Todo Amoroso DIOS creo al ser humano para que irradiara la Luz Divina e iluminase al mundo con sus palabras, sus acciones y su vida. Si no tiene virtud no será mejor que un simple animal, y una criatura carente de inteligencia es una cosa vil.

El padre Celestial dio al ser humano el inapreciable don de la inteligencia, para que pudiera convertirse en una luz espiritual, penetrando la oscuridad de la materialidad, y llevando benevolencia y verdad al mundo. Si vosotros seguís con ahínco las enseñanzas de Bahá ´ u ´ lláh, sin duda os transformareis en la luz del mundo, el consuelo y la ayuda de la humanidad, y la fuente de salvación para el universo entero. Esforzaos entonces, con alma y corazón, por seguir los preceptos de la Bendita perfección, y podéis estar seguros que si lográis vivir la vida que El os ha señalado, la vida eterna y la felicidad perpetua en el Reino Divino serán vuestras, y todos vuestros días os será enviado el sustento celestial para fortaleceros.

¡Es mi mas sincera oración que cada uno de vosotros pueda alcanzar esta felicidad perfecta! (Abdu ´ l –Bahá).

La relación entre DIOS y la humanidad, Sus criaturas:
Todas las criaturas emanan de Dios, o lo que es igual, todas las cosas se realizan por medio de Dios y por su intermedio todos los seres han sido llamados a la existencia. La primera emanación de Dios es esa realidad universal que los filósofos de la antigüedad llamaban "Mente Primordial" y los bahá'ís denominan "Voluntad Primera". Dicha emanación, en lo que concierne a su acción en el mundo de Dios, no está limitada ni por el tiempo ni por el lugar; no tiene principio ni fin (principio y fin, respecto de Dios, son uno). La preexistencia de Dios es una preexistencia esencial y temporal. Por otro lado, la accidentalidad de lo contingente es esencial y no temporal.

Aunque la "Mente Primordial" carece de principio, no por ello es copartícipe de la preexistencia de Dios, pues la existencia de la realidad universal, en relación con la existencia de Dios nada es, y no tiene capacidad de llegar a ser socio de Dios ni de ser como Él en cuanto a la preexistencia.

La existencia de los seres vivientes consiste en composición; su muerte, en descomposición. No obstante, no cabe destrucción o aniquilamiento absoluto de la materia universal y de sus elementos. Más bien su inexistencia consiste en una transformación o reversión. Por ejemplo, cuando el hombre muere, se convierte en polvo; pero no se convierte en la nada absoluta, sino que continúa existiendo en forma de polvo. Mediante su transformación, lo que era una realidad compuesta se descompone accidentalmente. Lo mismo cabe decir de la aniquilación de los demás seres, por cuanto la existencia no se convierte en la inexistencia absoluta, y la existencia absoluta no deviene existencia.

"¡OH corazón, si el ignorante te dice que el alma perece como el cuerpo, tu responde que la flor perece, pero la semilla permanece. Esta es la ley de Dios". (Khalil- Gibrám).

El espíritu humano procede de DIOS:
La procedencia es de dos clases: la procedencia y aparición por emanación y la procedencia y aparición por manifestación. La procedencia por emanación es como la salida a escena del actor, o el escrito del escritor. Pues bien, el discurso emana del orador, el escrito emana del escritor; y, de la misma manera, el espíritu del hombre emana de Dios. No es que manifieste a Dios, en el sentido de que alguna parte se haya desprendido de la Realidad Divina para entrar en el cuerpo del hombre. Al contrario, tal como el discurso emana del orador, así el espíritu aparece en el cuerpo del hombre.

Pero la procedencia por medio de la manifestación es la manifestación de la realidad de una cosa bajo diferentes formas; verbigracia, la aparición de este árbol a partir de la semilla, o la aparición de la flor a partir de la semilla de la flor, casos ambos en los que es la misma semilla la que aparece en forma de ramas, hojas y flores: esto es lo que se denomina procedencia por manifestación. La relación del espíritu humano con respecto a Dios es una relación de emanación semejante a la que se da entre discurso y orador o entre escrito y escritor. En los dos casos ni la persona del orador se convierte en el discurso, ni el escritor en el escrito. Se trata, pues, de una procedencia por emanación. En efecto, el orador posee una capacidad y poder perfectos, así que el discurso emana de él como la acción emana del actor. El Verdadero Orador, la Esencia de la Unidad, ha permanecido siempre en una condición única, no sujeta a cambios, alteraciones, transformaciones o vicisitudes. Él es el Eterno, el Inmortal. Por tanto, la procedencia de los espíritus humanos respecto de Dios es una procedencia de emanación. Cuando se dice en la Biblia que Dios insufló en el hombre su espíritu, dicho espíritu es semejante al discurso que emana del Verdadero Orador y produce su efecto en la realidad del hombre.

Pero la procedencia a través de manifestación (si por tal lo que se quiere significar la aparición divina y no una división por partes), según hemos dejado dicho, consiste en la procedencia y aparición del Espíritu Santo y la Palabra, la cual procede de Dios. Tal como dice el evangelio de Juan: "En el principio era la Palabra y la Palabra estaba con Dios" Por consiguiente, el Espíritu Santo y la Palabra constituyen la aparición de Dios. Espíritu y Palabra se refieren a las perfecciones divinas que aparecieron en la realidad de Cristo, perfecciones éstas que estaban con Dios. De igual modo, el sol manifiesta toda su gloria en el espejo. Pues la Palabra no significa el cuerpo de Cristo, sino las perfecciones divinas manifiestas en Él. Pues Cristo era como un límpido espejo vuelto hacia el Sol de la Realidad. Las perfecciones del Sol de la Realidad, a saber, su luz y calor, resultaban visibles y evidentes en este espejo. Al mirar en él vemos el sol y decimos "es el sol". Por tanto, la palabra y el Espíritu Santo -o sea, las perfecciones divinas- constituyen la aparición divina.

Este es el significado del versículo del evangelio que dice: "La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios", ya que las perfecciones divinas no son diferentes de la Esencia de la Unicidad. Las perfecciones de Cristo reciben la designación de "la Palabra" por ser las perfecciones de Cristo comparables a la estación o rango de la palabra: mientras que todos los seres se encuentran en la condición de letras, y una letra sola no tiene un significado completo por sí misma, la palabra por el contrario admite un significado completo. En la medida en que la realidad de Cristo consiste en la manifestación de las perfecciones divinas, en esa medida cabe referirse a ella como la palabra. ¿Por qué? Porque Cristo es la suma de los significados más perfectos. Por ello es por lo que se le llama "la Palabra".

Has de saber que la procedencia en Dios de la Palabra y el Espíritu Santo -la procedencia o aparición por manifestación- no debe ser entendida como la fragmentación o multiplicación de la Realidad de la Divinidad, o como su descenso desde las alturas de santidad y pureza. ¡Dios no lo permita! Si se dirigiese un espejo fino y bruñido hacia el sol, la luz y el calor, la forma y la imagen del sol resplandecerían en él tan manifiestamente que si alguien llegase a afirmar "éste es el sol", refiriéndose al sol que brilla y se hace visible en el espejo, diría la verdad. No obstante, el espejo es el espejo, y el sol es el sol. El Sol Único, aun cuando aparezca en numerosos espejos, es único. Dicho estado no tiene morada, no entra, no se mezcla, no desciende; pues entrar, morar, descender, salir y mezclarse, son necesidades y características de los cuerpos, no de los espíritus, no se hable ya de la Realidad pura y santificada de Dios. Dios está exento de todo cuanto no corresponda a su pureza, a su exaltada y sublime santidad.

El Sol de la Realidad, como ya hemos dicho, ha permanecido siempre en una única condición, sin sufrir cambios o alteraciones, transformaciones o vicisitudes. Él es Eterno y Sempiterno. Pero la Santa Realidad de la Palabra de Dios se halla en la condición del espejo puro, refinado y bruñido en donde aparecen calor, luz, imagen y semejanza, esto es, las perfecciones del Sol de la Realidad. Por esta razón Cristo dice en el evangelio: "El Padre está en el Hijo", es decir, el Sol de la Realidad aparece en el espejo. ¡Alabado sea Aquel Quien resplandeció sobre esta Santa Realidad, quien es santificado entre todos los seres.(Abdu´ l Bahá).

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